lunes, 6 de agosto de 2012
domingo, 15 de julio de 2012
TRANSPORTE DE NUTRIENTES EN LAS PLANTAS
En las plantas también
hay un sistema circulatorio que le permite transportar los nutrientes y otras
sustancias. Las plantas como los helechos, las gimnospermas y las angiospermas
poseen un conjunto de vasos a través de los cuales se transportan las sustancias
nutritivas. Los tejidos conductores de las plantas superiores, están situados
en la raíz, en el tallo y en las nervaduras de las hojas.
El proceso de
circulación en las plantas tiene varias etapas en las que intervienen diversas
partes de ellas, el proceso de absorción se inicia con el ingreso de sales
minerales y agua a través de las raíces, gracias a los pelos radicales, también
llamados pelos absorbentes. De la raíz esta mezcla llamada savia bruta pasa al
tallo para ser transportado hasta las partes altas de las plantas gracias al
fenómeno de la capilaridad.
Cuando la savia bruta
llega a las hojas, entra a los cloroplastos de las células y éstos utilizan el
CO2 del aire (que entra a través de los estomas) y la energía
lumínica (que proviene del sol) para transformarla, a través del proceso de
fotosíntesis, en savia elaborada (glucosa), que luego se distribuirá por todas
las partes de la planta a través de otros vasos conductores.
Las células que
conducen el agua y las sales minerales, así como las sustancias elaboradas
durante la fotosíntesis, forman el tejido vascular. Existen dos tipos de
tejidos conductores, uno de ellos el xilema; está formado por la agrupación de
vasos leñosos; el otro, el floema lo constituyen una agrupación de vasos
cribosos.
El xilema está formado
por un tejido leñoso, con células muertas especializadas que forman vasos
conductores, unidos entre sí. Las células que forman el xilema son muy largas y
reciben el nombre de traqueadas, se unen otras células por los extremos para
formar vasos de xilema de hasta tres metros de largo, por los cuales circula el
agua y las sustancias disueltas absorbidas en la raíz, estos vasos leñosos son
tubos de celulosa por los que circula la savia bruta.
El floema está formado
por células vivas unidas entre sí por orificios. Estos tejidos están ubicados
de distinta manera en los diversos órganos de la planta. Los vasos cribosos
(floema) distribuyen las sustancias elaboradas en las hojas a todas las partes
de la planta, es decir, conducen la savia elaborada desde las hojas
hasta todas las partes de la planta para su nutrición. Los vasos
cribosos también reciben el nombre de tubos de tamiz; sus células se conservan
vivas, pero pierden su núcleo, son cilíndricas y están dispuestas unas sobre
otras y sus paredes terminales se hallan perforadas. A un lado de un tubo de
tamiz encuentra una “célula acompañante” que regula las funciones del mismo.
La savia es una mezcla
de sustancias orgánicas e inorgánicas, integrada en un 98% por agua, y el resto
por sales, azúcares, aminoácidos y hormonas. La savia bruta, compuesta por agua
y sales minerales disueltas, absorbidas por la raíz, sube por el xilema y
alcanza las partes de la planta donde se realiza la fotosíntesis, es decir, la
transformación de los minerales en materias que el organismo necesita. A través
del proceso de la fotosíntesis, la savia bruta se convierte en savia elaborada,
compuesta por sustancias producidas en el metabolismo, que descienden por los
orificios del floema y se distribuye en toda la planta. El transporte de la
savia a través de los vasos conductores, le permite a las plantas obtener los
nutrientes que necesita para su desarrollo, crecimiento y reproducción.
sábado, 19 de mayo de 2012
Fotosíntesis
El proceso biológico más
importante de la Tierra es la fotosíntesis de las plantas verdes. A partir de
ésta se produce prácticamente toda la materia orgánica de nuestro planeta y se
garantiza toda la alimentación de los seres vivos.
De este proceso químico y
biológico dependen tres aspectos de suma importancia:
- Por la fotosíntesis las plantas verdes producen alimentos y materia orgánica para sí mismas y para alimentar a los animales herbívoros, y éstos, a su vez, a los animales carnívoros.
- Se vuelve a utilizar el dióxido de carbono (CO2) producido por los animales y por los procesos de putrefacción o descomposición. De otra manera el CO2 saturaría el planeta.
- Se restituye el oxigeno (O2) al aire y se hace posible la respiración.
Las plantas verdes poseen en su
estructura celular orgánulos especiales denominados cloroplastos, que tienen la
cualidad de llevar a cabo reacciones químicas conocidas como fotosíntesis, o
sea, de realizar síntesis con ayuda de la luz solar.
La fotosíntesis consiste en los
siguientes procesos:
- El dióxido de carbono (CO2) es absorbido por los estomas de las hojas, y junto con el agua (H2O), que es absorbida por las raíces, llegan a los cloroplastos, donde con ayuda de la energía de la luz se produce la glucosa (C6H12O6).
- Durante esta reacción se produce oxígeno (O2), que es emitido al aire o al agua y es utilizado para la respiración de otros seres vivos. La fórmula sencilla de la reacción química es la siguiente:
6 CO2 + 12 H2O +
energía de la luz ---> C6 H1206 + 6 O2
+ 6 H2O
Esto significa que se usan 6
moléculas de dióxido de carbono (CO2) más 12 moléculas de agua (H 2O)
más energía de la luz para producir una molécula de glucosa (C6 H12
O6) más 6 de oxígeno (O2) y quedan 6 moléculas de agua (H2
O).
- A partir de la glucosa (C6H12O6), un azúcar muy común en las frutas, se producen la sacarosa, el almidón, la celulosa, la lignina o madera y otros compuestos, que son la base de los alimentos para las plantas mismas y para los herbívoros.
Mediante el proceso de la
fotosíntesis la energía solar es acumulada en forma de compuestos químicos, que
al ser consumidos por los seres vivos liberan esa energía y sirven para
mantener los procesos vitales en las células (calor, movimiento, etc.).
De la fotosíntesis depende la
alimentación de todos los seres vivos sobre la Tierra, incluido el hombre, en
forma directa (herbívoros) o indirecta (carnívoros, carroñeros, detritívoros,
etc.). Sin plantas verdes no sería posible la existencia ni de los animales ni
de los seres humanos.
Es más, las fuentes de energía orgánica (carbón,
petróleo, gas natural y leña) no son otra cosa que energía solar acumulada y
liberada en los procesos de combustión, mediante la cual se mueve en gran parte
la sociedad moderna (vehículos, cocinas, fábricas, etc.).
Es por esto que el proceso final
de combustión de estas fuentes de energía orgánica produce agua (H2O)
y dióxido de carbono (CO2). Cuando la combustión es imperfecta o los
combustibles orgánicos contienen impurezas la combustión, como la de los
motores, produce elementos contaminantes, que pueden afectar al ambiente y a la
salud de las personas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)